Proyecto: Casa Elena en Montesión

Más allá de la conservación material del lugar en su estado original se persigue además la incorporación de la naturaleza al interior de la vivienda y el tratamiento formal de ésta como un elemento orgánico discreto y sin estridencias en el paisaje. De ahí la constante búsqueda de vistas que permitieran integrar el entorno existente al interior del edificio mediante juegos de vanos y macizos que, en unos casos consisten en grandes superficies acristaladas eliminando toda barrera visual entre el interior y el exterior y en otros casos son huecos puntuales que capturan y enmarcan porciones del paisaje.

La planta del edificio se extiende por el lugar, desarrollando todo el programa arquitectónico en tres cuerpos que albergan en su interior tres funciones claramente diferenciadas, zona de día, de noche y de servicio.

El recorrido de aproximación a la vivienda se centra en la búsqueda de la integración con la naturaleza, el acceso se produce descendiendo por una escalera italiana a lo largo de un recogido espacio ajardinado. A lo largo de este recorrido el edificio se percibe como un discreto conjunto de volúmenes bajos y nada parece advertir de la existencia del imponente espacio-mirador que constituye la plataforma del salón, la pradera de césped, la piscina...desde el cual se domina el valle del Tajo y que, manteniendo la privacidad, multiplica el perímetro de contacto con el espacio exterior, paisaje y casa entendidos como un continuo.