El proyecto de varios edificios de viviendas y locales comerciales en el Fuerte de San Francisco de Guadalajara se ordena de manera abierta dadas las características topográficas del lugar adaptando los accesos a dicho relieve y peraltando las viviendas lo suficiente como para impedir la visión desde el exterior.
Los edificios se estructuran para conseguir el mejor aprovechamiento de la superficie obteniendo gran calidad espacial en las viviendas.
Los edificios se alinean a las calles y muestran una imagen rítmica y serena al espacio urbano. Las viviendas y soportales se encuentran sobreelevados un metro en relación con los acerados, para evitar la visión desde la calle hacia el interior.